El Real Madrid de José Mourinho visita el Camp Nou invicto. El equipo que comanda el portugués con su paisano Cristiano Ronaldo como referente aún no ha perdido partido alguno en ninguna competición, y esto es un dato a tener en cuenta. Si echamos la vista atrás desde que comenzó la temporada, el equipo ha ido creciendo de forma progresiva. Quizás se le achaca demasiado el no enfrentarse a un equipo con opciones a plantarle cara, aunque algunos consideraban al Milán de Zlatan Ibrahimovic, Robinho y compañía uno de ellos, la realidad es que el actual equipo rossonero dista mucho de ser lo que fue en un pasado. De igual modo, ha llegado a ceder cinco empates, dos en liga (Mallorca y Levante), dos en champions (Auxerre y Milan) y uno en copa (Murcia). En general, estos equipos que han conseguido sacarle algo al nuevo Real Madrid no tienen un patrón común. Quizás han llegado a sacar ese algo más por demérito del propio Real Madrid, que por méritos de dichos equipos. Éste Real Madrid está empezado desde atrás, y se adecua bastante al perfil Mourinho. Como ya pudimos ver en todas las etapas del técnico luso por Portugal, Inglaterra o Italia, sus equipos parten de una defensa sólida. A partir de ese trabajo, ya se empieza a engranar el equipo. Tener un perfil del Real Madrid comparativo al Inter de Milán es erróneo. Si bien tienen aspectos parecidos y comparten algunos automatismos, la filosofía que intenta adecuar el Real Madrid desde el comienzo es mucho más parecida a la del Chelsea que llevó el portugués a ganar varias ligas. Qué mejor que el máximo rival para examinarte.
De otro modo, el FC Barcelona sigue en su afán de mantener el estilo que le ha llevado al éxito. Un juego preciosista y combinativo, de presión al contrario y adelantamiento de líneas. Con el tiempo, dicho esquema ha ido sufriendo varias modificaciones. Quizás la más novedosa sea la inclusión de Gerard Piqué como central izquierdo, mientras antes actuaba por la derecha. También hemos podido comprobar, que Lionel Messi ya tiene totalmente monopolizado el puesto de delantero centro (cosa que la pasada temporada con Ibrahimovic en plantilla era más variable) aunque esto no quita para que la movilidad en ataque con Villa y Pedro esté a la orden del día. Durante el transcurso de un partido podemos ver a Messi en el centro, cayendo a tres cuartos, a ambas bandas o a zona de gestación, mientras que en este caso los actores secundarios -los extremos- se aprovechan de los espacios que este genera al venir a la recepción del balón. Por otra parte, algo que se viene gestando desde la temporada pasada ha sido una salida de balón diferente, donde el mediocentro se incrusta entre los centrales, éstos se abren y los laterales se proyectan en ataque para así ensanchar el campo y tener una pelota más limpia en la recepción de los interiores, también conocido como 'movimiento lavolpiano'. Sin embargo, también hemos podido ver que los rivales ya no dejan salir tan fácilmente al Barcelona y algunos le plantean la primera línea de presión en el saque de Victor Valdés (lo pudimos ver en el Calderón, en Copenaghe, etc.) y ahí es cuando el Barça se resiente.
Por ello, no será extraño que veamos a un Real Madrid tapando esa salida del balón y obligando prácticamente a un desplazamiento en largo donde el Barça tendría que buscar la segunda jugada, y donde podríamos decir que reside el mayor déficit del equipo. Pep Guardiola no dispone de hombres capaces de jugar de espaldas, bajar el balón y jugar. Ahí estará la primera clave del partido. Si los de José Mourinho obligan al desplazamiento largo y son capaces de ganar la disputa del balón tendrán mucho más control del balón y por ende, el discurso del partido. Con hombres como Sergio Ramos, Pepe, Carvalho, Xabi Alonso, Khedira o Cristiano Ronaldo, tienen las de ganar en este aspecto. Si dejan jugar al Barcelona, lo tendrán más complicado.
La batalla del mediocampo podría también dictar el curso. Si bien, el Real Madrid lo hace con dos hombres (Khedira y Alonso), el Barça sumará un efectivo más, lo que hará que el sacrificio del delantero centro y el mediapunta en la ayuda sea vital. Higuaín deberá encargarse de tapar la salida de balón de Busquets o Mascherano para que de este modo el Barça no utilice ese contexto para crear una ventaja en la zona de gestación y aceleración de la jugada. Aunque la transición defensiva es uno de los fuertes de los equipos de Mourinho, contener la fluidez de juego del FC Barcelona será complicado. Si Khedira y Higuaín (dudas hasta última hora) no logran estar al cien por cien, podrían pasarlo muy mal para llegar a hacerse con el balón. De otro modo, si logran hacerlo bien y hacer gala de la verticalidad del conjunto, sumando a esto los problemas de repliegue de los blaugrana, tendrán una baza diferencial.
Como último matiz, el anular a Lionel Messi decantará bastante la balanza hacia un lado u otro. La duda reside en el central portugués Pepe. En los últimos partidos no está cuajando grandes actuaciones, cometiendo fallos en la marca y de concentración. Esto quizás ante otros jugadores pasa desapercibido, pero Messi no perdona. Si le dejas un espacio sabrá como aprovecharlo. Como explicó Miguel Quintana en la anterior publicación hace escasas horas, “Messi no compite con jugadores actuales, lo hace con jugadores cuya historia ya está escrita”. Y es que a Lionel, se le da muy bien el Real Madrid, pero no los equipos de Mourinho. Tanto contra Chelsea como contra Inter, el argentino lo pasó muy mal y posiblemente mañana veamos algo parecido donde el achique de espacios será fundamental, y dónde el Madrid podría sacrificar un mediocentro para contener al argentino, como hizo el Inter con el triángulo Cambiasso-Zanetti-Samuel.

Por un guión perfecto, donde gane el espectáculo, donde gane el fútbol en su mayor expresión, donde gane el aficionado. Que ruede el balón…