Anthony Annan forma parte de una camada de jugadores ghaneses excepcional. Su crecimiento como jugador en el último año ha sido deslumbrante, desde que aterrizara en Noruega en 2007 con tan solo 21 años procedente de la liga ghanesa su aprendizaje a sorprendido a propios y extraños. Y después de ver sus actuaciones en el mundial de Sudáfrica es cuestión de tiempo que acabe emigrando a una liga más potente.
Annan es uno de sus jugadores que sin hacer mucho ruido hace un papel determinante. Muchos lo definirían como un jugador de contención, pero la realidad es que aporta muchas otras cosas aparte de la destrucción de la jugada contraria y el papel de ‘stopper’. Se desempeña con bastante soltura en ambas transiciones llegando a ser diferencial en ambas, algo que está en plena extinción en el fútbol actual y que sólo unos pocos jugadores en el mundo son capaces de hacer. Su posicionamiento en el campo y su inteligencia para saber siempre hacer lo correcto hacen que facilite el trabajo a sus compañeros, tanto en el repliegue como en las líneas de presión. De otro modo, también domina la gestación de la jugada y suma fluidez en las posesiones con una calidad técnica suficiente como para hacer respirar la jugada con facilidad, o como diría Juanma Lillo, "hacerle el boca a boca". Giro, cambio de orientación, eliminación de la primera presión… su fútbol es ágil y fluido.
Muy potente físicamente tiene un trabajo infatigable cada partido, algo que le hace coloca por encima del resto de jugadores. Como su compatriota Essien, le gusta sumarse al ataque y probar de media distancia, pero es raro verle hacer goles.
Pronto podremos ver como se las gasta el bueno de Anthony en Europa League, puesto que se enfrentará al supercampeón de europa, el Atlético de Madrid. Sin duda, es un jugador con proyección y condiciones para ser TOP.
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